El paraguayo no solo nace en el Paraguay

Los paraguayos extrañan su tierra cuando viven en el exterior. Los avances tecnológicos nos permite recuperar lo que la distancia nos quita


  • Por varias décadas muchos paraguayos nacieron o emigraron al exterior
  • El fin de la dictadura trajo un acercamiento entre los que emigraron y sus familiares en Paraguay
  • Si no mejoran las condiciones democráticas modernas estamos a riesgo de seguir perdiendo compatriotas a la emigración

¿Que te hace paraguayo?

No todos los paraguayos nacimos en Paraguay. Por más que tuve el honor de darle la bienvenida a mi hijo a este mundo en el materno-infantil de San Lorenzo, mi identidad paraguaya no fue alcanzada de forma tan recta. De hecho, es algo que tuve que buscar a lo largo de mi vida.

Paraguay en latino america
paraguay en el corazón de America


Como muchos, mi familia fue fuertemente afectada por la persecución durante la dictadura. A parte del obvio crimen contra la humanidad a los que fueron sometidos muchos de nuestros compatriotas, muchos muertos por tortura y luego declarados desaparecidos o muchos otros compatriotas exiliados, como mi padre, que se vieron obligados a criar a sus hijos fuera de su patria y sus familias.

Estos exiliados trataban de inculcar en sus hijos un amor por una patria, que hasta ese momento no nos quería, y entender una cultura que no figuraba en ninguna de las películas o series en el exterior.

La persecución y el exilio no solo impactó a la generación que le tocó vivir ese momento, sino también a las generaciones que les siguió y que nació desconectada de sus raíces.

De hecho cuando era niño tenía una idea nebulosa de lo que era esa tierra que mis padres tanto añoraban. Recuerdo querer conocer a esa abuela,  de la cual estaba apartado.

La democracia también nos trajo acercamiento familiar

Para mí, la transición a la democracia fue mucho más que un cambio político. Significó que por primera vez me veía reflejado en un espejo paraguayo, donde mi apellido no era extraño, donde mi tez de piel era común, donde escuche un idioma que no entendía del todo, pero igual tocaba a parte de mi ser. Para mí la transición fue un evento cultural que me permitió realmente participar en  y del paraguayismo.

niños jugando futbol

De aquellos años me acuerdo demasiado bien de las libertades, que disfrute por primera vez. Como la libertad de jugar fútbol en el barrio hasta tarde o de que con una sola libreta te daban TODA la coca-cola que yo y mis amigos quisieran (¡mentira! mi abuela tenía que pagar la cuenta, pero mi mente de niño nunca había visto un sistema de tienda donde se compraba solo con la promesa de pagar más tarde).

Eran inviernos (veranos para mi) mágicos donde le conocí a mis primos, tías, tíos, amistades, inclusive una que otra mascota. Donde aprendí a disfrutar de una siesta y luego la merienda. Donde aprendí a enfriarme los pies antes de bañarme. Bueno, no todas estos hábitos me han durado la vida entera, pero si los recuerdo con felicidad.

Mientras mas cambian las cosas, mas se quedan igual

Fui creciendo y a la par creció la democracia paraguaya. Me acuerdo lo impactante que fue la ejecución de Argaña y la inestabilidad que le siguió. Aquella noche nefasta donde casi se da un golpe, recuerdo pensar si al final me tocaba vivir lo mismo que vivió mi padre. Por suerte como todos sabemos no llego a mayores, pero fue la primera vez que realmente entendí lo frágil que es la democracia.

Yo seguí creciendo y madurando, y la democracia paraguaya también. Volví al exterior a buscar mi destino en este mundo. Me toco ser parte del diaspora económico que también trajo la transición. Así como yo, vi como la gente se iba a Argentina, Brasil, España, EEUU, Corea del Sur, hasta a la proverbial China llegaron a parar uno que otro compatriota.

Cada vez mas el que era joven y capaz usó su libertad para emigrar. Aun así, no dejamos de ser paraguayos. Llevamos dondequiera la idiosincrasia de la sopa seca paraguaya, el horror de sacar un pique de los pies, y el entendimiento que algún día nos volveremos a encontrar para un asadito con los perros.

Volver no siempre significa volver a tras

Estoy volviendo al Paraguay. No por avión como lo hacia de niño, pero ciberneticamente por las vías digitales. Las redes sociales y las páginas web se han convertido en mi ventana hacia el país. Y lo que veo me da pánico. La desidia, la falta de participación, la falta de confianza, la inseguridad, la corrupción. Son pocos los elementos de esta democracia paraguaya que nos enorgullece a todos. Peor aun, la generación de mi hijo se esta volviendo cada vez mas ajena a la democracia por la cual sufrieron tantos para que tengan.

Ya que estoy volviendo, mi mayor deseo es participar en los procesos que se vienen en el 2022. Como muchos, no soy ni liberal ni colorado. En mi formación se obvió de la indocrinación partidaria. Lo que si soy es un ciudadano con conciencia y buena fe de que podemos salir adelante. Pero solo si todos comenzamos a participar como nos corresponde.

Por eso estamos armando la akademia (si, con K) digital cívica paraguaya Tapicha, para dejar de hablar en teoría y realmente comenzar a tomar acción. Lo mejor que tiene el internet es que nos permite auto-capacitarnos. Ves un video de YouTube y ya sos electricista. Ves un tiktok y ya sos Chef de cocina. Ves un instagram y ya sos expert@ en maquillaje. Exagerado pero se entiende. ¿Que tal mbae, si vemos una pagina web y nos hacemos todos mejores ciudadanos?

¿Que te parece?

Autor: Raul Candia

Paraguayo nacido en el exilio, se ha dedicado a trabajar en informática y todo lo que tenga que ver con tecnología desde joven edad. Miembro fundador de Tapicha pero también consultor técnico, arquitecto de sistemas e interprete ingles-español. Con fuerte interés en el fútbol, la historia y la antropología; la era dorada del internet le ha permitido mantenerse al tanto de la cultura PYa digital mas aya de la distancia que lo mantiene apartado del lomito arabe que tanto añora. Como todo Paraguayo moderno esta preocupado por donde va nuestro país y cual será el próximo paso de nuestra democracia.

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