- Gobierno democrático desplazado después de 20 años
- Ultimas elecciones fueron en el 2019
- Cuales son las lecciones para el mundo ante la caída de esta democracia tan peleada?
Fin de una era
El domingo 15 de agosto de 2021, los talibanes (estudiantes, en el idioma pastun), grupo político extremista-religioso lograron recuperar el poder después de 20 años de que fueran desalojado del gobierno por parte del Ejército de los EE.UU. y sus aliados. Estos permitieron la instalación de la democracia en la flamante República Islámica de Afganistán que duro hasta este tragico dia.
Tarea casi inaudita en un país que nunca conoció la democracia, en la que se intentó igualar los derechos de las mujeres al igual de los varones. Por tradición y por una cuestión religiosa, las mujeres no tienen casi nada de los derechos fundamentales del ser humano. A pesar de que la nueva Constitución afgana del 2004 prohíbe cualquier tipo de discriminación y distinción entre sus ciudadanos, las mujeres continúan sufriendo los mismos problemas.
Durante el gobierno de los talibanes, derrocados en 2001 y que ahora retoman el poder la participacion de las mujeres en cualquier espacio que no fuere su hogar era castigado.
“Las mujeres debieron taparse la cara para poder ver a un hombre que no fuera su marido o su hijo. Para ello se cubren con el burka completo. No pueden salir solas de casa. Ser azotadas públicamente es el castigo”
Los gobiernos deben representar su pueblo
La situación de Afganistán nos remite a plantear que la substancia de un régimen democrático es la propia cultura democrática en ese pueblo. No surge por generación espontánea y mucho menos cuando el modelo es importado de otros países extraños a la propia experiencia ciudadana de la nación receptora.
El proyecto democrático y modernizador de Afganistán duró exactamente 20 años, bajo la tutela internacional, pero a pesar del esfuerzo y del apoyo de estados extranjeros para buscar solución a la pobreza, Afganistán sigue siendo uno de los países más pobres del mundo, y en medio de la guerra de insurgencia talibán en las dos últimas décadas, que acaban de triunfar y vuelve con una ideología religiosa que nos recuerda a la Edad Media.
Todos los estados democráticos del mundo lamentan esa situación de Afganistán, pero no olvidar que la democracia necesita de ciudadanos que tiene el ADN democrático para constituirse en algo permanente y estable en una nación.
Mba’e pio che?
Esta situación nos pareciera tan lejana de nuestro querido Paraguay, pero, sin embargo, según constata el propio Euclides Acevedo, ministro de Relaciones Exteriores, existirían elementos talibaneses en ciudades fronterizas con el Brasil, como Pedro Juan Caballero o Ciudad del Este.
Y no solo la presencia de éstos nos debería llamar la atención sino observar nuestra joven democracia, que, por primera vez en toda la historia de dominación española y del estado independiente, se instaura un régimen democrático por un periodo de tres décadas. Habría que interrogarse si nosotros los paraguayos hemos trastocados nuestro ADN autoritario y excluyente, del oré al ñande, a otro democrático e incluyente. Si hemos logrado esto último la democracia estaría asegurada, de lo contario, siempre estaríamos en acecho.
¿Qué piensas tu?
